domingo, 22 de noviembre de 2015

The Lisbon Diary: part I


Después de empezar a viajar hace un par de años creo que me quedo con el mes de noviembre. Tan cálido y frío a la vez y sin aglomeraciones. Esta vez ha tocado Lisboa, si tuviera que describirlo en una sola palabra creo que sería cercano. Y es que me ha hecho sentir en todo momento como en casa tanto la ciudad, como su gente, sus calles, sus olores, sus atardeceres. Tan sólo estar en el apartamento era como si llevásemos viviendo toda la vida allí. La cantidad de luz que entraba por los ventanales es algo que me maravillaba y más desayunando los famosos pastelitos de nata con una buena taza de té (que no falte!).  





 




Sin duda tuvimos mucha suerte de que nos hiciera tan bueno en pleno mes de noviembre y una de las cosas que no puede perderse nadie viajando a Lisboa es el atardecer. Si hay algo que no le falta a esta ciudad son la cantidad de puntos y miradores en los que se puede contemplar la puesta de sol. En cualquier guía turística os aparecerán las más vistas pero me gustaría recomendaros una especialmente que es más difícil que encontréis, y es la foto que tenéis justo arriba. La terraza del Park Bar, un parking transformado en un bar donde puedes disfrutar una de las mejores puestas de sol tomando un cocktail y buena música. Nos costó muchísimo encontrarlo porque al pie de calle no existe ninguna indicación, ya que la entrada es por un parking normal y corriente en el que tienes que coger el ascensor hasta la última planta. Jamás nos hubiéramos imaginado un lugar tan espectacular en lo alto de un parking. De verdad que merece muchísimo la pena, eso si, ir con tiempo porque se llena del todo.




Algo que no puedo dejar pasar por alto cuando viajo a cualquier lugar son los jardines botánicos. Uno de los que visitamos fue el Jardim Botanico Tropical en Belém justo al lado del Mosteiro dos Jerónimos. Aunque este en una zona donde el turismo esta muy presente, el jardín es un sitio donde poder desconectar totalmente ya que no es frecuentado como todo lo demás de alrededor. Nada más entrar vemos unas palmeras enormes y aunque todas las plantas estén sanísimas el parque tiene un toque "decadente" que me fascinó, ya que tiene algunas esctructuras como los invernaderos con cristales rotos y otros edificios con aspecto descuidado.   





Y para terminar con este primer capítulo de nuestro paso por Lisboa, ya que sino se va a hacer una entrada larguísima, os quiero hablar de Lx Factory, una especie de "barrio-mercadillo" donde el arte, el diseño, la literatura y la gastronomía rebosan por doquier, una convivencia entre lo moderno y lo tradicional, repleto de graffitis reivindicativos.


Uno de los platos más fuertes y para cualquier amante de los libros fue descubrir la librería Ler Devagar, que encima cuenta con cafetería propia y hasta una antigua imprenta en el piso de arriba. Una maravilla. No tengo palabras.




Y no menos importante, al otro lado de la calle de Lx Factory, no tan conocido se encuentra Village Underground Lisboa una nueva comunidad creativa donde utilizan contenedores transformados en oficinas y autobuses en cafeterías y sala de reuniones.
Creo que es lo más original que he visto en mucho tiempo, y como no, tuve que hartarme a hacer fotos :D


Espero que os haya gustado esta primera entrada sobre Lisboa o hayáis descubierto algo nuevo. Ya veis que no sólo tiene ese toque antiguo del que tanto se habla, sino que son muy imaginativos y creativos sin perder esa esencia de lo tradicional. Os espero en la siguiente entrada! y si queréis ver más fotos del viaje podéis verlo en mi instagram, hasta pronto!

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