Nos ha gustado esto de las cabañas y sin comerlo ni beberlo encontré por pura casualidad y con muchísima suerte otra cabaña preciosa en Las Landas de Francia.
Teníamos unos cuántos días libres y no sabíamos qué o dónde ir así que me puse a indagar por Maps, y se me ocurrió la zona de Las Landas, ya que nunca había estado aun, y me salió esta maravilla.
La cabane au bord du lac, una cabaña con agua, electricidad, estufa, nevera, lavavajillas, ducha italiana, jacuzzi privado, terraza, y a todo esto añádele que bajando unas escaleras tienes un lago enorme para poder hacer canoa, que más se puede pedir?
Precio? obviamente barato no es y menos en pleno verano pero creo que merece la pena darse un capricho así de vez en cuando. Al igual que en los Zuhaitz Etxeak de la entrada anterior en estos sitios desconectas totalmente de todo que quizás en un hotel o cualquier otro alojamiento no podrías conseguir.
La dueña, encantadora, nos explicó como llegar al lugar ya que no hay ninguna indicación exacta, esta muy escondido y hay que meterse con el coche por un camino forestal, por eso creo que mucha gente desconoce este sitio.
Tres cabañas rodeadas de árboles y tranquilidad, estábamos alucinando.
La chica pese a que no sabía apenas inglés y nada de castellano era muy graciosa y abierta con nosotros, nos enseñó el lugar y nos dijo que teníamos disponibles incluso bicis y canoas por si queríamos usar.
Peeeero al ver esta maravilla por dentro, teniendo un jacuzzi privado y ya que sólo reservamos una noche no queríamos desaprovecharla, así que lo de las bicis y la canoa lo dejaremos para otra ocasión.
La cabaña estaba limpísima, decorada con mucho gusto y llena de pequeños detalles como café, velas, revistas, música ambiental... incluso nos comentó la chica que había puesto ese mismo día las cortinas porque la persiana eléctrica no funcionaba bien, todo un detalle por su parte.
El baño enorme con doble lavabo, me pareció de lo más. Albornoces y zapatillas para cada uno.
La ducha? la mejor que me he dado en mi vida. Ducha italiana de estas que caen en cascada con lucecitas pequeñas alrededor hacían que se reflejara el agua como si estuvieras duchándote debajo de una cascada jajajaj
A la mañana siguiente, nos puso el desayuno en una cesta enganchado a una polea para subirlo cuando quisiéramos. Todo buenísimo, no se que tienen los croissanes y la mermelada de Francia que es un vicio de no parar.
Una vez ya fuera de la cabaña, nos quedamos con las ganas de la canoa así que nos pusimos a buscar algun sitio de alquiler y no encontramos nada excepto alquilar un barquito por 55€ dos horas, que no nos parecio nada mal la verdad. Un lago inmenso y precioso donde apenas había nadie. 10 de 10.
Para terminar teníamos la Dune du Pilat a 20 minutos así que nos pusimos en marcha. Es increíble lo que cambia un paisaje a menos de tres horas de casa.
Una duna enorme en la que a un lado tienes todo vegetación y al otro lado está el mar. La cantidad de gente que había no me pareció ni medio normal, como ya podréis ver en las fotos. Bastante mal para hacer alguna foto decente pero las vistas desde arriba merecen la pena.
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